El reinado de Reyes Carrasco

El reinado de Reyes Carrasco

Da un perfil de cantaora experimentada y madura, despabilada en la puesta en escena, dominante ante las melodías, diestra en el mando rítmico, elegante en las armonías, con empaque y señorío ante los tonos, enjundiosa en la intensidad expresiva, y con sobrados recursos para la emisión cualificada de la voz, es decir, que afina y la proyecta con pasmosa habilidad. Se llama Reyes Carrasco y sólo tiene 16 años.

Reyes empezó a participar en el programa 'Menuda Noche', de Juan y Medio, el día que cumplió 3 años. Ahí no debutó una niña, sino una persona mayor a la que no se le entendían las letras, y aunque tiene un sinfín de galardones, el mejor premio es que sus cantes conforman un mañana repleto de grandes esperanzas.

Así lo ha puesto de manifiesto en 'Cantes de Reyes', su ópera prima que agotó las más de 400 localidades a las pocas horas de ponerse a la venta y que nace con la clara convicción de usar el arte flamenco como pilar de transformación, e insertar, tanto en su proceso creativo como en la interpretación del pasado, un diálogo permanente con el mocerío de su generación. En definitiva, plantearse el gran reto de hacer convivir las melodías de lo jondo con aquellos jóvenes de su edad que muestran cuestionamientos, anhelos, ideales y perspectivas frente al mundo cultural en el que viven.

Y la apuesta que les ofrece es desafiarse a sí misma en el reino del cante, alcanzar sus sueños después de perseguirlos y hacerlos realidad. Verbigracia. El porte confiado y tranquilo lo demostró desde la zambra 'Más de una vez', que es el cante de promoción con que involucró a la audiencia, así como con el trasfondo marchenero que descubrió en la guajira 'El caimán', sin renunciar a las capacidades propias del estilo, o en 'A Pastora', un agradecido 'collage' de canciones por bulerías de la irrepetible Niña de los Peines.

Tras una pausa instrumental de superior calidad, Reyes ejecuta las alegrías de Córdoba, pero no sólo desde un ángulo únicamente rico en notación, sino en diseño de gradaciones, armonías, articulaciones y dinámicas a fin de resaltar el mundo taurino de la ciudad califal. Y así lo puso igualmente de manifiesto en la asombrosa seguiriya 'Mírame a los ojos', en la que plasma la esencia de la tipología jerezana de Manuel Torre, la gaditana de Francisco la Perla y la del portuense del Tuerto de la Peña.

Le encontramos una actitud refinada -tanto en el sonido como en la proyección rítmica-, en 'De lejos', el apoyo que por zambra y bulería le hizo a Niño Seve para su disco de inmediata aparición, y en la rumba 'Estoy queriendo', bien definida y con calidad estructural, lo que contrastó con la perfecta conexión del pianista Juan Antonio Sánchez con el resto de los músicos por bulerías y con el 'Cabalgando van los gitanos', de Lole y Manuel, que hizo María Jose Carrasco, la madre, con la que muchos adivinaron cuál es la fuente de energía de Reyes, que salió de nuevo para abordar la taranta 'Decía', sedada por un toque delicado y balsámico que masajeaba los oídos a fin de decir con notas el idioma universal de los cantes mineros.

 

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