Tutankamon resucita en Madrid
La Nave 16, del matadero de Legazpi, bautizada como Madrid Artes Digitales, presenta una nueva exposición inmersiva tras la apertura con la que dedicaron a Gustav Klimt. Ahora, coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamon, resucitan al legendario faraón, hijo de Akenaton y que reinó desde 1342 a 1325 a. C. con una recreación de su mundo, sus jeroglíficos y su sarcófago. La máscara de Tutankamon, junto al busto de Nefertiti, son dos de los iconos universales de la civilización egipcia. Mientras que la máscara se exhibe en el museo Egipcio de El Cairo, el busto de Nefertiti es uno de los emblemas culturales de Berlín.
El arqueólogo británico Howard Carter descubrió el 4 de noviembre de 1922 la buscada tumba en el Valle de los Reyes, clasificada como XV62. Su hallazgo fue un acontecimiento mundial. Los arqueólogos, ignorando la superstición que anunciaba grandes desgracias a quienes profanaran una tumba, la abrieron y hallaron un tesoro impresionante. Además del sarcófago y los más de cinco mil objetos que llenaban la cámara, la mayoría de oro, los jeroglíficos de las paredes constituyeron un documento imprescindible para descifrar la vida de la época. Fue posible descifrarlos porque, en 1799 fue descubierta la Piedra Rosetta, que Champollion logró traducir en 1822 abriendo paso a la lectura jeroglífica.
Un dato poco divulgado es la influencia que tuvo el rey de España, Alfonso XIII, para que Carter pudiera seguir investigando en Egipto. En 1924 impartió dos conferencias en Madrid. En ese momento tenía problemas para seguir trabajando en la tumba. Alfonso XIII medió ante el rey Fuad de Egipto y Carter pudo volver a su descubrimiento.
Lo primero que nos encontramos en esta exposición -que nace en Madrid- es una reproducción del sarcófago con su momia y la máscara. En la misma sala se exhiben reproducciones de objetos cotidianos en la vida de Egipto hace 3.500 años. La inmersión en la nave de 1.200 metros cuadrados nos sumerge mediante un brillante audiovisual en el Nilo y en la tumba de Tutankamon, mientras oímos su historia y, en una proyección a 360 grados, desfilan los jeroglíficos y las imágenes de la cámara mortuoria. Un inmersión de más de veinte minutos en el Egipto faraónico. Como ya es obligado en este tipo de muestras, hay una última experiencia mediante la realidad virtual. Equipados con las correspondientes gafas y aurículas nos metemos, literalmente, en el sarcófago. La recreación audiovisual, basada en el Libro de los Muertos, nos lleva a presentación del difunto faraón ante el tribunal de los dioses, que juzgará su vida y sus acciones. En la balanza de la vida, Tutankamon sale victorioso, pasado a engrosar la galería de los dioses y la inmortalidad.
Toda la exposición inmersiva ha sido creada por Sila Sveta, un estudio con catorce años de experiencia y de referencia mundial.
Tutankamon podrá visitarse de lunes a domingo con distintos horarios.
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