La casa de un rey en la que ahora puedes vivir
A muy pocos kilómetros de Aranjuez, en una ladera del río Tajo, se encuentra el Real Cortijo de San Isidro. Se trata de una entidad local menor que, antaño, fue el hogar de un rey. Carlos III decidió crear este Cortijo del Rey o Real Caserío para desarrollar nuevas técnicas de agricultura y ganadería. Construyó una bodega y un lagar, dedicando especial atención al vino y el aceite. También mandó construir una casa para él, conocida como la Casa Grande, cuadras, caballerizas, apriscos... y otras casas más pequeñas para sus empleados.
Todo ello formaba un pentágono casi perfecto que, a mediados del siglo XX, se encontraba en un estado de abandono bastante considerable. Fue entonces, en la reforma agraria de la postguerra, cuando el Real Caserío se transformó en un pueblo de unas 66 viviendas. Aumentaron su perímetro y llegaron personas de todas partes de España. Extremeños, aragoneses, andaluces, aquellos que volvieron tras hacer las Américas... poblaron un lugar que, en la actualidad, sigue reuniendo orígenes y culturas de lo más variopintos.
Cuando alguien acude por primera vez el Real Cortijo tiene que descubrir su entorno, las zonas verdes que rodean las casas. Y debe visitar, por supuesto, el lagar, la bodega, la ermita de San Isidro, la Casa Grande y sus sistemas hidráulicos, reconocidos por la UNESCO como Paisaje Cultural Patrimonio Mundial. Y si lo que te apetece es disfrutar de este fantástico lugar de una forma diferente, no dudes dar un paseo a caballo. En la cuadra Bella Vista, por ejemplo, ofrecen rutas ecuestres para disfrutar del entorno que se adaptan a cualquier persona. Un plan ideal, sin duda, para cualquier época del año.
GRUPO CADENA MEDIA.