El Museo Reina Sofía reorganiza las obras de la posguerra española para ofrecer nuevas lecturas

El Museo Reina Sofía reorganiza las obras de la posguerra española para ofrecer nuevas lecturas

Autor: L.P.L

'Pensamiento perdido: Autarquía y exilio', es el tercero de la nueva organización de la colección que está llevando a cabo el Museo Reina Sofía. Según las previsiones del museo, noviembre será el mes en el que finalizará esta nueva distribución artística.
El objetivo de esta nueva organización es poder ofrecer nuevas lecturas. Para ello, han acabado con con la escena final de '¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú' (1964).

Manuel Borja – Villel, director del Museo, confirmo que la nube reprensentada en el cuadro con forma de seta” habla del fin de una época. Siguió explicando que esa imagen es un capítulo con el que acaba la historia de España (final del Franquismo y la Guerra Fría)
Villel continuó comentando que parecía “que la historia la escriben solo quienes están ligados a un territorio. Pero, ¿cómo la escriben quienes no lo tienen, para quienes su país no es más que una ficción?”

En esta reinterpretación artística del periodo comprendido entre 1939 y los años cincuenta, dijo, «se ve una parte importante» de esta producción, que aquí comprenden la exhibición de trescientas obras, muchas de ellas expuestas por primera vez, y abundante material de archivo y documentación bibliográfica. «Por fin quedan integradas en el relato», terminó diciendo Manuel Borja- Villel 
La colección se va a desarrollar a lo largo de dieciséis salas en la planta cuarta del edificio Sabatini. Reúne cuadros de artistas como: Picasso ('Monumento a los españoles muertos por Francia' 1946-47), Dalí ('Idilio atómico y uránico melancólico', de 1945, producto de su conmoción por el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki), Tàpies o Miró. No obstante, encontraremos proyectos arquitectónicos los donados por la familia de José Antonio Coderch, fragmentos de películas, libros, revistas, grabados, ilustraciones, maniquíes y fotografías. Un ejemplo de estas ultimas son las que tomó Robert Capa en campos de concentración de republicanos.
La jefa de Colecciones del Museo, Rosario Peiró, también quiso intervenir en las declaraciones objetanto que las fotografías eran una de las maneras de poder volver al presente. También quiso dar mucha importancia a “los campos”, explicando que son “un lugar fundamental porque definen la inmigración global”. Añadiendo que la imagen del “exilio republicano remite a un momento histórico y a una experiencia fundamental no solo para España y el siglo XX, sino también para el contemporáneo siglo XXI, marcado por una crisis migratoria global”

"Ésta colección tiene que ver con la historia” –aclaró una vez más Borja-Villel. A lo que añadió “con un pasado que no conocemos y que no reconocemos”. Un nuevo objetivo con el que pretenden recuperar un pensamiento perdido del exilio, «que va más allá del tiempo y de la nación».